Descubre todo sobre el perro majorero, una raza única de Fuerteventura conocida por su inteligencia, lealtad y fuerza. Aprende cómo cuidarlo, entrenarlo y por qué es considerado un tesoro de las Islas Canarias.
Perro Majorero o Bardino Canario: Una Joya de Fuerteventura

El perro majorero, conocido también como Bardino Majorero, es una de las razas más emblemáticas de las Islas Canarias. Originario de Fuerteventura, este perro combina una presencia imponente con una lealtad inquebrantable, cualidades que lo han convertido en el compañero ideal para los ganaderos de la región. Pero su historia, carácter y habilidades lo hacen destacar mucho más allá de su lugar de origen.
- Fuerteventura, España
- Protector y enérgico
- Vigilancia y pastoreo
Origen e Historia del Perro Majorero
El perro majorero, tiene sus raíces en la isla de Fuerteventura, donde durante siglos ha desempeñado un papel crucial en la vida rural. Su origen se remonta a los primeros asentamientos humanos en las Islas Canarias, donde fue criado como un perro de trabajo.
Tradicionalmente, esta raza fue utilizada como guardián del ganado. Su agilidad, fuerza y capacidad para adaptarse al terreno accidentado de las islas lo hicieron indispensable para los ganaderos. A lo largo de los años, su instinto protector se combinó con una lealtad inquebrantable hacia los humanos, consolidando su reputación como un compañero confiable y eficiente.
En el pasado, el Bardino Majorero no solo era apreciado por su trabajo con el ganado, sino también por su valor en la defensa de las fincas y propiedades. Era común encontrar estos perros vigilando los límites de las tierras agrícolas, siempre atentos a cualquier posible intrusión. Esta función guardiana, junto con su capacidad de trabajar largas jornadas bajo el sol, demuestra su resistencia y tenacidad, características que aún hoy lo definen.
Con el paso del tiempo, la raza fue perdiendo protagonismo debido a la mecanización de las actividades rurales. Sin embargo, en las últimas décadas, los esfuerzos de criadores y entusiastas han contribuido a preservar y revalorizar al perro majorero, no solo como un perro de trabajo, sino también como un símbolo cultural de las Islas Canarias.
Hoy en día, el Bardino sigue siendo admirado por su historia y habilidades únicas, y su legado perdura como parte integral de la identidad de Fuerteventura.
Características Físicas y Comportamentales del Perro Majorero

Este perro de Fuerteventura, es una raza que destaca tanto por su apariencia física imponente como por su carácter fuerte y equilibrado. De tamaño mediano a grande, tiene un cuerpo musculoso y atlético, diseñado para resistir largas jornadas de trabajo. Su pelaje corto y denso, habitualmente de tonalidades atigradas, no solo es llamativo sino también funcional, ya que lo protege de las altas temperaturas del clima canario.
Una de las características más distintivas de esta raza es su cabeza, de forma robusta y proporcionada, con orejas triangulares ligeramente caídas que realzan su expresión alerta. Sus ojos, oscuros y de mirada penetrante, transmiten inteligencia y una gran capacidad de observación, cualidades esenciales en su trabajo como guardián.
En cuanto a su temperamento, el Bardino es conocido por su valentía y lealtad. Aunque puede ser desconfiado con los extraños, no es un perro agresivo por naturaleza, sino protector y reservado. Es un animal muy apegado a su núcleo familiar, con el que desarrolla un vínculo profundo.
Esta raza destaca por su gran inteligencia y facilidad para aprender, siempre y cuando el adiestramiento se realice con paciencia y respeto. Sin embargo, también son perros con un fuerte instinto independiente, lo que puede interpretarse como terquedad si no se manejan correctamente. Más que imponerle reglas, es necesario guiarlo con coherencia y consistencia para ganar su confianza.
El perro majorero necesita actividad tanto física como mental para mantenerse equilibrado. Disfruta de ejercicios al aire libre, donde puede liberar su energía y conectar con su entorno. Este dinamismo, combinado con su instinto protector, lo convierte en un compañero excepcional para quienes buscan un perro leal y funcional, siempre listo para desempeñar su rol en la familia o en el trabajo.
Conociendo a Thor: Mi Experiencia Personal con un Perro Majorero
Hace unos años, tuve la suerte de compartir mi vida con Thor, un perro majorero. Desde el primer día supe que este perro sería especial. Thor era un cachorro robusto, de mirada inteligente y pelaje oscuro con las características motas atigradas que hacen inconfundible a esta raza. Su energía y carácter independiente eran evidentes desde el principio, pero también lo era su lealtad.
Thor llegó a mi vida como un reto, ya que no era una raza con la que tuviera experiencia previa. Los majoreros son conocidos por ser perros fuertes, tanto físicamente como en personalidad, y él no era la excepción. Desde pequeño, mostraba una determinación asombrosa para resolver problemas por sí mismo, como abrir puertas o encontrar la forma de escapar del jardín. Sin embargo, esta misma inteligencia lo hacía un compañero increíblemente perceptivo y rápido para aprender durante las sesiones de adiestramiento.
Lo que más me impactó de Thor fue su instinto protector. Siendo una raza utilizada históricamente para el pastoreo y la vigilancia del ganado, tenía un radar natural para detectar cualquier cosa fuera de lo común. En una ocasión, mientras hacíamos senderismo por las montañas, Thor reaccionó de inmediato ante una cabra que había quedado atrapada entre unas rocas. Sin necesidad de que yo le indicara nada, se posicionó cerca de ella y empezó a ladrar de una forma diferente, como llamando mi atención para ayudar al animal. Ese instinto de proteger y cuidar era innato en él.
A pesar de su aspecto imponente y su energía inagotable, Thor tenía un lado muy cariñoso. Después de un día lleno de actividad, le encantaba tumbarse a mi lado mientras veíamos la puesta de sol. Su capacidad para equilibrar su faceta de perro trabajador con la de compañero afectuoso era simplemente admirable.
Con este perro aprendí que los perros majoreros no son para cualquiera. Requieren tiempo, paciencia y, sobre todo, alguien que entienda su carácter único. Pero para quienes estén dispuestos a asumir el reto, son compañeros leales, valientes y absolutamente excepcionales. Sin duda, Thor me enseñó más de lo que podría haber imaginado sobre la conexión entre humanos y animales.
El Adiestramiento del Perro Majorero: Retos y Claves del Éxito

Adiestrar a un perro de esta raza, es una experiencia única que combina desafíos y grandes satisfacciones. Este perro, conocido por su inteligencia, independencia y fuerte instinto de protección, requiere un enfoque distinto al de otras razas más convencionales.
Retos del adiestramiento
Uno de los principales desafíos al entrenar a un perro majorero es su carácter independiente. Criados originalmente en Fuerteventura para el pastoreo y la protección del ganado, los majoreros son perros acostumbrados a tomar decisiones por sí mismos. Esto significa que, aunque son muy inteligentes, no siempre responderán de manera automática a órdenes, especialmente si consideran que no son necesarias. Suelen analizar la situación y actuar según su propio criterio, lo que puede ser frustrante para quienes no están acostumbrados a este tipo de comportamiento.
Otro reto importante es su energía. Los majoreros son perros activos y necesitan tanto estímulo físico como mental para mantenerse equilibrados. Si no se les ofrece suficiente ejercicio o actividades, pueden desarrollar comportamientos destructivos o volverse desobedientes debido al aburrimiento.
Claves del éxito
El adiestramiento de un majorero requiere paciencia, consistencia y, sobre todo, respeto por su naturaleza. Aquí algunas claves para lograrlo:
- Establece un liderazgo firme y respetuoso: Los majoreros necesitan un guía que les transmita seguridad y confianza. Esto no significa ser autoritario, sino mostrar claridad en las órdenes y límites.
- Refuerza positivamente: Aprovecha su inteligencia y motivación para aprender mediante el refuerzo positivo. Premios, elogios y juegos funcionan mejor que las correcciones severas.
- Mantén sesiones variadas y dinámicas: La monotonía no es adecuada para esta raza. Incorporar juegos de rastreo, obediencia avanzada o actividades físicas intensas como el agility mantendrá su interés y energía en equilibrio.
- Socialización temprana: Dado su fuerte instinto protector, es fundamental socializar a los majoreros desde cachorros. Exponerlos a diferentes personas, entornos y animales les ayuda a desarrollar un comportamiento equilibrado y evitar la sobreprotección o el miedo.
- Respeta su instinto natural: En lugar de intentar suprimir su independencia, canalízala hacia actividades útiles. Por ejemplo, enseñarles a vigilar una propiedad o realizar tareas específicas puede fortalecer su relación contigo.
Una recompensa incomparable
El esfuerzo que requiere adiestrar a un perro majorero se ve ampliamente recompensado por su lealtad y habilidades. Una vez que confían en su dueño y lo reconocen como líder, se convierten en compañeros excepcionales, dispuestos a proteger y trabajar con entusiasmo. Su carácter único hace que cada pequeño avance en el adiestramiento sea una victoria personal, y la conexión que se desarrolla con ellos es profundamente especial.
Con paciencia y las técnicas adecuadas, el adiestramiento de este perro se convierte en una experiencia enriquecedora que resalta lo mejor de esta noble raza canaria.
Ejercicio y Estímulo Mental en el Perro Majorero: Claves para su Equilibrio
Esta raza combina una energía inagotable con una gran inteligencia, por lo que mantenerlo física y mentalmente estimulado es esencial para su bienestar. Al ser históricamente un perro de trabajo, necesita actividades que vayan más allá de un simple paseo diario.
Una rutina ideal incluye ejercicios intensos como correr, realizar circuitos de agilidad o juegos de búsqueda. Estos no solo ayudan a liberar su energía física, sino que también refuerzan el vínculo con su dueño. Además, incorporar desafíos mentales, como el aprendizaje de comandos avanzados o resolver rompecabezas interactivos, mantiene su mente activa y evita el aburrimiento, que puede derivar en comportamientos no deseados.
Al aire libre, este perro disfruta explorando su entorno y poniendo en práctica su instinto natural de vigilancia. Sin embargo, también es importante darle tiempo para relajarse y socializar, ya que esto refuerza su confianza y equilibrio emocional. Con un enfoque adecuado, el majorero se convierte en un compañero ejemplar, lleno de vitalidad y equilibrio.
El Perro Majorero como Guardián: Instinto de Protección y Lealtad

Este can es conocido por su instinto natural de protección, un rasgo que lo ha convertido en un guardián confiable y eficiente durante siglos. Su capacidad para detectar amenazas y actuar de manera rápida y decidida lo hace ideal para vigilar propiedades, ganado e incluso a su propia familia.
A diferencia de otras razas que ladran constantemente, el majorero utiliza su ladrido de manera estratégica, reservándolo para situaciones que realmente lo ameritan. Esto demuestra su inteligencia y capacidad para diferenciar entre una amenaza real y un evento cotidiano. Este equilibrio entre alerta y calma es una de sus cualidades más destacadas.
La lealtad de esta raza hacia su familia es inquebrantable. Una vez que establece un vínculo, el majorero no solo protege, sino que también actúa como un compañero afectuoso y atento. Sin embargo, su desconfianza natural hacia los extraños requiere un enfoque adecuado en socialización desde temprana edad. Con el tiempo y la guía correcta, puede aprender a distinguir entre amigos y posibles intrusos, manteniendo siempre una actitud equilibrada.
Esta combinación de inteligencia, instinto protector y lealtad hace que el perro majorero no solo sea un excelente guardián, sino también un miembro insustituible de cualquier hogar que valore su seguridad y compañía. Para dueños que buscan un perro confiable y vigilante, el majorero es, sin duda, una elección acertada.
Thor, por ejemplo, tenía una habilidad impresionante para detectar cualquier cosa fuera de lo común. No ladraba sin razón, pero cuando lo hacía, era una señal clara de que algo no estaba bien. Este equilibrio entre alerta y calma es una de las características que hacen al Bardino Canario único entre las razas guardianas.
¿Es el Perro Majorero o Bardino Majorero el Compañero Perfecto para Ti?
Este Bardino Canario no es un perro para cualquier dueño. Requiere alguien con experiencia, tiempo y dedicación. Esta raza necesita una rutina diaria que combine ejercicio, entrenamiento y estimulación mental. Además, es fundamental que su dueño entienda su carácter y respete su independencia.
Para personas activas que buscan un perro inteligente, protector y profundamente leal, el perro majorero es una opción ideal. Sin embargo, es importante estar preparado para dedicarle tiempo y esfuerzo para garantizar su felicidad y equilibrio.
El Perro Majorero, un Guardián con Corazón Canario
Trabajar con Thor me enseñó que el Bardino Majorero es mucho más que un perro fuerte o protector. Es un compañero único, capaz de desafiarte, sorprenderte y, sobre todo, enseñarte valiosas lecciones de vida.
Si alguna vez tienes la oportunidad de convivir con un perro majorero, prepárate para una experiencia inolvidable. Su fuerza, lealtad y conexión con su entorno lo convierten en una raza verdaderamente especial, digna de admiración y respeto.
Si eres amante de los perros de gran tamaño como el perro majorero, no te puedes perder nuestra guía completa sobre razas de perros grandes. Conoce sus características, personalidad y necesidades de cuidado para elegir al compañero perfecto que se adapte a tu día a día. Aprende todo sobre las razas de perros grandes aquí.
Preguntas Frecuentes sobre el Perro Majorero
Sí, el perro majorero es una raza leal y equilibrada, cualidades que lo hacen un excelente compañero para familias con niños pequeños. Su carácter protector lo convierte en un guardián natural para los más pequeños, pero debido a su energía y tamaño, es fundamental supervisar las interacciones y enseñar tanto al perro como a los niños a comportarse con respeto y cuidado mutuo.
El adiestramiento basado en refuerzo positivo es el más efectivo para el perro majorero. Gracias a su inteligencia y disposición para aprender, responde bien a las recompensas como premios y elogios. Sin embargo, su independencia y carácter protector exigen consistencia y sesiones de entrenamiento regulares desde cachorro, enfocándose en la socialización temprana y el control de impulsos.
Aunque el bardino canario puede adaptarse a vivir en un piso, lo ideal es que tenga acceso a un jardín o espacio exterior donde pueda liberar energía. Si vive en un apartamento, necesitará una rutina de paseos largos y actividades físicas diarias para mantenerse equilibrado. Juegos de estimulación mental también son clave para prevenir el aburrimiento en un entorno más reducido.
El bardino majorero tiende a ser territorial y protector, lo que puede hacer que sea cauteloso con otros animales. La socialización desde una edad temprana es crucial para que aprenda a convivir pacíficamente con otras mascotas. Con un entrenamiento adecuado y exposición gradual, puede desarrollar relaciones armoniosas, especialmente si se cría junto a otros animales.
Para adoptar un perro majorero, lo mejor es acudir a protectoras de animales o asociaciones especializadas en razas autóctonas de Canarias, como por ejemplo Fuerteventura Dog Rescue. Estas organizaciones trabajan para garantizar el bienestar de los animales y ofrecen información sobre su origen. Evita criadores sin regulación para asegurarte de que el perro proviene de un entorno ético y saludable.
El bardino canario necesita una dieta rica en proteínas de alta calidad para satisfacer sus necesidades energéticas. Los piensos formulados para perros activos son una buena opción, aunque también puedes optar por dietas caseras equilibradas bajo la supervisión de un veterinario. Es importante incluir grasas saludables y evitar alimentos procesados o bajos en nutrientes.
El pelaje atigrado del bardino majorero requiere cuidados básicos como cepillados regulares para eliminar pelo muerto y mantenerlo limpio y brillante. Bañarlo solo cuando sea necesario y utilizar champús específicos para perros evitará problemas en la piel. Una alimentación equilibrada también contribuirá a la salud de su pelaje.
Un bardino majorero puro se distingue por su característico pelaje atigrado, cuerpo musculoso, orejas semierguidas y su expresión alerta. Su tamaño mediano-grande y su carácter protector son otras señales. Para confirmar su pureza, consulta a un experto en razas o considera realizar una prueba genética que verifique su linaje.
El coste mensual para mantener un bardino canario ronda entre 50 y 100 euros, dependiendo de factores como su tamaño, tipo de alimentación y necesidades veterinarias. Esto incluye comida de calidad, revisiones médicas, desparasitaciones y otros cuidados básicos como productos para su higiene y bienestar.